Perdida en mi Habitación (Carlisle)

Volví a mirar con ojos como platos el rostro plasmado sobre el blanco papel y entre sustada y enfadada lo arrugue y lo tire a la basura ¿Qué me estaba pasando? Llevaba toda la tarde tratando de hacer un retrato de Carlisle, cerraba los ojos y dejaba que mi mano danzara sobre le papel dibujar así era fácil (al menos siendo vampiresa) pero sin explicación y por tercera vez en la tarde cuando habría los ojos en vez de encontrar el rostro perfecto de mi marido plasmado en el papel me encontraba la cara de Charles Evenson, mi ex-marido.

Frustrada y un poco asustada partí el lápiz que hasta entonces tenía en la mano. No sabía que me estaba pasando pero no quería volver a pintar su cara y mucho menos quería recordar nada que tubiera que ver con él o con la vida que pase a su lado. Si es que a eso se le podía llamar vida. Cerre los ojos y pase las manos por mi pelo tratando de serenarme pero al cerrar los ojos la imagen de Charles apareció en mi mente, con su sonrisa cruel y burlona pintada en los labios. Abrí los ojos de golpe y agite la cabeza tratando de borrar esa imagen.

Confundida y algo asustada me levante del escritorio poniendome a pasear por la habitación dirigí mis ojos al reloj, esperaba que Carlisle volviera pronto ahora mismo me hacía mucha falta. Tras un par de paseos nerviosos por la habitación repitiendome a mi misma que Charles murió que ya no podría hacerme nada, me deje caer sobre la cama enterrando mi rostro entre los almohadones y rezando porque esas imagenes desaparecieran de una vez.

Al escuchar la voz apaciguadora de Carlisle entrando en la habitación, levante la cabeza y finalmente me incorpore del todo para abrazarme a él, o mejor dicho dejar que el me abrazara mientras yo escondia mi rostro en su pecho. Era una tonteria que me hubiera asutado por la imagen de alguien que había muerto hacer años pero no había podído evitarlo, no podía evitarlo. Podría sonar estúpido pero nadie había pasado por lo que yo, durante años para poder entenderme. Aunque me sentía afortunada de que mi suerte hubiera cambiado por completo el día que Carlisle me salvó.

Hasta pasados unos minutos en silencio tan solo pegada a él, tan solo sintiendome protegida entre sus fuertes brazos, no recobré la palabra para poder responderle y que dejara de preocuparse - Ahora que estas aquí, nada - respondí en un hilo de voz, separando mi rostro minimamente para hablar y que me entendiera. Mis ojos se desviaron momentaneamente a los papeles arrugados sobre la mesa, aprete los ojos de nuevo con fuerza y permanecía abrazada a Carlisle. Así me sentía bien, o al menos mejor que antes.