En mis pensamientos {Issara}

Había estado de caza hace apenas unos segundos,como cuando llegue no estaba Alice y tampoco vi a nadie fui directo al sala.Me senté en el sofá mirando hacia el techo ya que mis pensamientos me tenían en otro lado.Exactamente en Alice pero también en Maria mi cabeza no sabía que hacer o mejor dicho yo no tenía ni idea de que hacer. Si irme co Maria por agradecimiento o quedarme con Mi Alice ,la mujer de mi vida y la única que enserio amaba.

Ya que con Maria lo único que sentía era agradecimiento.Suspire mientras seguía con mis pensamientos.Ya que tampoco sabia que hacer porque cazar ya no por el echo que acababa de hacerlo y otra cosa no había que hacer a no ser que alguien entrase.Estaba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta que alguien entraba por la puerta de la Sala. Cerre los ojos esperando a ver si venia Alice la necesitaba enserio ya que a pesar de mi cacao mental,la amaba con locura.Tampoco vi a mi hija y aunque me odiara un poco por lo que estaba pasando con Alice,me adoraba como yo ella.La entendía perfectamente ya que para Mary ,Alice lo era todo y viceversa.Y yo podía hacerle daño en un momento si escogía la opción que parecía no ser la correcta pero aun así no sabia que hacer.

Mi mamá debía ir a hacer unas cosas de personas mayores a Port Angels y papá tenía una reunión con la manada por lo que ninguno de los dos se podía quedar esa tarde conmigo, y la última vez que me habían dejado con la vecina me había escapado mientras ella veía la televisión con intenciones de tirarme por el acantilado como había visto hacer a los jóvenes de la reserva por lo que se negaron a volver a dejarme con ella, y el abuelo Billy estaba de pesca con Charlie así que al final había acabado en la casa de los Cullen donde, según mi madre, siempre había alguien.

-Pórtate bien y ni se te ocurra volver a jugar a las peleas con tus tíos, recuerda de lo que hablamos.-Dijo con tono serio mientras paraba el coche frente a la gran casa.-

Puse ojitos de angelitos y mi mejor sonrisa inocente y asentí con la cabeza, me había amenazado con no ver ni al tío Jazz ni al tío Emmett como me enseñasen un nuevo movimiento de lucha y pese a mi pataleta diciendo que no era justo mi madre se había mantenido seria en su amenaza. Tras darle un beso en la mejilla y decir que la quería, me bajé del coche y esperé a ver como se perdía entre los árboles para dirigirme a la casa con mi mochila, en la cual levaba mis muñecas, a cuestas.

Abrí la puerta principal con sigilo y caminé sin hacer ruido siguiendo el olor más reciente que había en el lugar. Vi a tío Jazz sentado en el sofá y sonreí divertida mientras me acercaba por detrás sin que me viese y de manera silenciosa. Me puse de puntillas detrás del sofá y rodeé su cuello con fuerza como él me había enseñado mientras me reía.

-Nunca des la espalda a un enemigo tío Jazz.-Repetí con voz infantil la frase que tantas veces me había dicho.

Me reí divertida cuando me cogió en brazos y me senté en su regazo cerrando los ojos cuando me dio el beso en la nariz. Jasper era junto a Emmett uno de mis tíos favoritos y con el que mas trastadas solía hacer, a nadie se les ocurría mejores trastadas que hacer que a mis dos tíos, y la verdad es que me lo pasaba genial, pero sobre todo disfrutaba cuando luchaban entre ellos para mostrarme los movimientos, pese a que tío Emmett era más corpulento que tío Jasper, siempre solía ganar el segundo.

-Bien.-Contesté a su pregunta sonriendo alegremente.-Mamá ha buscado a muchas personas que pudiesen cuidarme antes de traerme aquí. No se fía ni de ti ni de tío Emmett.-Le confesé sonriendo divertida ante el echo.-

Me bajé de su regazo y empecé a saltar de un sillón al otro dándome impulso para no caer entre el espacio que había entre ambos. Realmente era un poco hiperactiva, no podía estarme quieta nunca y tampoco podía hacer una sola cosa a la vez, suponía que era lo que pasaba con los hijos de vampiros y licántropos, aunque mi madre insistía en que con el paso de los años me relajaría y me tomaría las cosas con más calma.

-Mamá tenía que ir a hacer unos recados a Port Angels, y papá tenía una reunión con la manada.-Le informé sin dejar de saltar de un lado a otro.-Y ninguno me quisó llevar con él por que “son cosas de mayores”-Dije repitiendo la última frase con burla.-Yo ya soy mayor pero ellos parecen no entenderlo…

Me paré en seco encima del brazo de unos de los sillones y giré mi rostro triste hacia mi tío Jazz mientras mis ojos se llenaban de lágrimas. Odiaba que me dijesen esa típica frase, me gustaba ser la pequeña de la familia y la mimada, pero a veces deseaba con todas mis fuerzas ser más mayor para que no me dijesen esa frase.

Sonreí con diversión al escuchar repetir mis palabras y asentí con la cabeza lentamente mientras le miraba. Mi madre quería mucho al tío Jasper y al tío Emmett, pero realmente odiaba que ellos fuesen los que me habían enseñado todos los golpes que había aprendido, los que me habían enseñado a moverme con más rapidez y agilidad, pero lo peor de todo es que lo que ellos me enseñaban lo ponía después en práctica con mamá y con papá, y les había echo daño más de una vez ya que nunca estaban preparados para mis ataques.

Escuché lo que me decía y una parte de mí me dijo que tenía razón, pero aún así odiaba que mis papás no pasasen tiempo conmigo por que debían “hacer cosas de mayores”, si a esas alturas me preguntasen cual era la frase que más odiaba, sin duda diría eso. De pronto mis emociones cambiaron y la tristeza desapareció como por arte de magia y volví a sonreír con esa dulce, divertida y traviesa sonrisa que siempre curvaba mis labios. Salté hasta el sillón en el que se encontraba tío Jazz quedando de pie en el brazo de este para después sentarme de nuevo en su regazo mirándole.

-¿Hoy me enseñarás a saltar de árbol en árbol?-Pregunté emocionada mientras le miraba con ojitos. Era una cosa que había visto en una película, pero antes de que me diese tiempo a mirarlo bien mamá apareció y me cambio el canal dejándomelo en uno de dibujos que te hablaban como si fueses tonto y no entendieses nada.-